Componentes del grupo

  • Alicia Martínez Sinovias;
  • David Cianca López;
  • Jerónimo Sotoca Velasco;
  • Mario Vega Gutiérrez;

jueves, 3 de febrero de 2011

MODELO DE GESTIÓN DE LA CONVIVENCIA
Los modelos de gestión de la convivencia están destinados a solucionar los diferentes conflictos educativos que nos podamos encontrar en el centro escolar, por lo que podemos utilizar los sigueintes modelos de respuesta:
  1. El modelo punitivo: se basa en la imposición del castigo para el agresor. Este modelo tiene las siguientes limitaciones: la reparación, no soluciona el conflicto porque no hay un dialogo entre las partes implicadas, sino que sólo se ocupa de imponer un castigo al agresor, sin tener en cuenta si éste tiene culpabilidad o no; la reconciliación, en la que tampoco hay un dialogo, por lo que no se soluciona el conflicto, ya que no se consigue una reconciliación por ambas partes; y la resolución, en la que no se aborda la solución del conflicto, imponiendo simplemente un castigo al agresor.
  2. El modelo relacional e integrado: este modelo trata de solucionar el conflicto entre el agresor y el agredido a través del diálogo y con ayuda de un equipo de mediación, pero siempre de forma privada. Si el agresor opta por no dialogar, entonces deberá cumplir la sanción que se le imponga. El modelo integrado, se diferencia en que esa solución del conflicto supera el acto privado, es decir, en un primer momento se afronta el problema de forma privada y después el agresor reconoce públicamente lo sucedido.

Hay que tener claro que en todo centro escolar es necesario establecer unas normas y explicar claramente a los alumnos cuáles serían las consecuencias de su imcumplimiento, pero hay dos formas de afrontarlo:

  • La primera, que cuando el alumno incumpla las normas establecidas se imponga un castigo, de tal forma que si es reincidente ir aumentando el grado de ese castigo.
  • O, procurar buscar un clima de diálogo, haciendo que el alumno asuma las consecuencias y procurando que aprenda su error.

Claramente, lo ideal es elegir la segunda opción, ya que si es un alumno bastante conflictivo, el castigo irá aumentando cada vez que repita esa situación y llegará un momento que no encontremos más castigos que ponerle y además, el alumno mantendrá un pulso con el centro, para ver quién puede más, es decir, estará descontrolado. Sin embargo, a lo largo de mi experiencia escolar, simpre se ha utilizado el modelo punitivo, es decir, si yo hablaba en clase o insultaba a algún compañero se me castigaba expulsándome de clase y copiando en el pasillo o con partes de comportamiento, incluso en casos muy extremos he podido comprobar como a compañeros míos se les expulsaba del centro.

Con el modelo relacional e integrado, conseguimos que el agresor tenga un sentimiento de culpabilidad a través del diálogo y que por sus propios medios o con los que proporcione el centro trate de compensar el daño producido al agredido. Además, desde mi punto de vista, a través de este diálogo, conseguiremos ir formando la personalidad de los alumnos, ayudándoles a diferenciar lo que está bien de lo que está mal y haciéndoles más empáticos.

El año pasado realicé las prácticas en Educación Infantil, con alumnos de 4 años y pude comprobar que la maestra no utilizaba un modelo concreto, sino que se adaptaba a las circunstancias que surgieran, es decir, cuando eran conflictos leves, normalmente castigaba a los alumnos, por lo que usaba normalmente el modelo punitivo y además observé, que siempre volvían a reincidir. Sin embargo, cuando era una situación excepcional, ella dialogaba de forma privada y por separado con cada una de las partes implicadas (agresor y agredido) y al agresor le explicaba por qué estaba mal lo que había hecho, le ponía en la situación del compañero, etc., y finalmente hablaba con las partes implicadas de forma conjunta para fomentar una comunicación entre ellos y así conseguir que el agresor se arrepintiera de lo que había hecho y se disculpara con el agredido. Una vez que había conseguido esto, al día siguiente, el la Asamblea, explicaba al resto de la clase lo que había ocurrido y las consecunecias que existían.

En el video de "Profes con autoridad", pude comprobar que la aprobación de la "Ley de Convivencia y Participación de la Comunidad Educativa", era una ley que la gran mayoría de los profesores necesitaban con urgencia, ya que no se reconoce su autoridad, no solo por parte de los alumnos sino también por parte de los padres. Normalmente, en los colegios se solucionan los conflictos a través del castigo, sin un diálogo, pensando que si el alumno cumple su sanción, el conflicto no volverá a surgir, sin embargo, podemos comprobar por las noticias, por las prácticas, etc., que hoy en día los alumnos no respetan ninguna norma o castigo del colegio o del instituto, ya que ven como sus padres son los primeros que no lo respetan, por lo que los niños copian el comportamiento de sus padres y pierden el respeto por sus educadores. Si eligiéramos con más frecuencia la opción de dialogar con el alumno y conseguir una implicación y un apoyo por parte de los padres, el resultado sería mucho más efectivo, ya que éste adquiriría un respeto por todo el mundo y además sería mucho más disciplinado.

1 comentario:

  1. Uno respeta una norma cuando cree en ella, cuando se ha contado con él para establecerla y cuando hay argumentos que indican que complirla tiene un sentido. Argumentas muy bien el hecho de que el modelo punitivo no da los resultados esperados, a la vista de todos está.

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